sábado, 15 de noviembre de 2008

Razón


Días de abrir los ojos.
De monólogos por celular, de aceptaciones que duelen.
De cantar y cantar hasta que duela la garganta,
De canciones dedicadas y besos sin dar.
No sé, no tengo idea de que pasó en esta semana.
Debí dejar que el martes terminara todo,
pero tenía la esperanza de que algo pudiera cambiar.

Hay tanto que quisiera decir,
tanto que quisiera olvidar,
tanto que no debí vivir.
Y después de meses de no pensar
llevo dos días pensando: llegué a mi límite.

No sé que vaya a pasar el lunes,
pero hoy, hoy voy a ser lo que siempre fui,
y tu, tu no conseguirás nunca alguien como yo.

La que estaba mal era yo, no tú.
Tu siempre tuviste razón,
no me merezco a alguien como tú
y tú bien sabes que sabrá Dios como conseguiste a una imbécil como yo.


Soy una buena mujer, a pesar del desastre que hiciste de mi...

No hay comentarios: