sábado, 24 de mayo de 2008

Carta al hombre de negro.

Hoy escuché que le dijiste TE AMO a alguien, y no he dejado pensar en eso.

Escribí esa línea y la miro y no se que más decir.

Sé que el hubiera no existe pero, ¿habrian sido esas palabras para mí si hubiese estado yo en ese lugar?

¿Porque me hablaste de usted? ¿Porque me diste solo una bendición? "Que Dios te bendiga". Te juro que esas palabras nunca me habían sonado tan frías, tan huecas, tan... tan vacías.

Quiero pensar que, no sabías que decir, que me hablaste así porque, como yo, no supiste que es lo que hay que hacer para arreglar toda la porquería.

Pero, por algún extraño motivo, pienso que no fue así. Pienso que la realidad es que no te nació decirme nada más que: "Muchas bendiciones, que Dios me la bendiga"

En fin, me voy, que parezco fuente y necesito un cigarro.

No hay comentarios: