viernes, 9 de mayo de 2008

¿Perdonar?

¿Sabes? Hacía mucho que no hablaba contigo
Y me ví en la necesidad de hacerlo.
Te pedí algo, y sólo porque no era para mí.
Y, me escuchaste. O quizás eso quiero pensar, pero ayudaste.
Hey, te lo agradezco, pero no quiere decir nada,
salvo que a veces no eres sordo, y a veces no soy muda.

Hago cartas anónimas,
Soy solo una más, lo sé.
Y no sé si en realidad creo en tí
O es que sólo quiero creer en mí.

¿Realmente eres tú al que tengo que agradecer
que yo esté aquí?
Porque a veces me equivoco y le doy poder a los que no lo merecen.
Pero bueno, quizás ya catafixiaste mi amor por algo más real
Y no tan ladino.

Y fijate, no sé si lo que quiero
es que me perdones y me aceptes de nuevo.
Quizás lo único que quiero es pertenecer a algo,
Y te escogí a tí en un arranque de soledad.

Y es triste pero sólo uno de los dos tiene razón aquí.
Y culpo a todos y a todo por el hecho
de que de ser un héroe, te convirtieras en mi villano.
Pero, ¿quién te hizo héroe?
Ah, si, esa fuí yo.

Y te hablo sólo cuando lo necesito más,
cartas anónimas, esperando que estés distraido
y no te des cuenta de que son mías.
Y creas que eso de que siga intoxicada de
necesidad de perdón,
es sólo uno más de mis arranques de locura.

¿Sabes que es lo extraño aquí?
Me prometiste absolución
Me prometiste amor eterno
Me prometiste ayuda incondicional,
Pero lo sé, cambié el paraíso por el infierno,
Y sigo esperando redención.

Y me pregunto, ¿cuando cierres tu libro,
tendré perdón,
tendré absolución,
contarás uno por uno los corazones que rompí,
las vidas que maté?

¡Cierra la puerta! ¡No seas tonto, no me dejes entrar!
Sólo déjame llevarte serenata de vez en cuando,
sabes bien lo que amo cantar,
aún y cuando le cante a un ser frío,
inerte, en el que me rehuso a dejar de creer,
que robó mi alma, y al que no puedo regresar cada noche.

Llegó el juicio final, perdóname,
dame una señal, una sola,
porque por mucho que no puedo dejar de creer en tí,
creo que hace mucho que no creo en mí.

No hay comentarios: