Extrañar...

Hoy necesité mucho estar en otro lado... hmmm a unos 400 kms de aquí.

Tenía mucho de no sentir eso, siempre se extraña estar allá. Es una ciudad mágica, dónde, quizás por no vivir ahí, la he convertido en una especie de quimera donde encuentro felicidad y gente que es como yo (cosa no muy fácil de encontrar).

La última vez que sentí esa necesidad casi física de estar ahí fué el primero de Octubre del año pasado. Una noche muy fría, y no estoy hablando del clima, donde necesitaba desesperadamente ver el rostro de alguien y hacerle mil preguntas.

Hoy, lo volví a sentir. Quise estar allá no sólo por mí, si no por otras personas. Como dice mi compadre Rodrigo Rojas, nadie me ha enseñado a extrañar, y siempre pasa lo mismo: Esté en donde esté siempre estoy extrañando a alguien. Eso me pasa por ser internacional.

Ni si quiera fuí lo suficiente inteligente para irle al equipo de casa. No, Alicia tiene que ser rarita, tiene que buscar lo que nadie busca. Tiene que ser como nadie es. Entonces me toca extrañar.

Estoy a punto de irme por mucho tiempo. Sé que me tengo que acostumbrar a extrañar, a necesitar y no tener y a veces, no muy seguido, que se me necesite y no pueda estar. Ojalá existieran los abrazos cibernéticos.

En fin, este es un tema que no llega a ningún lugar, sólo quería decir, que hoy quise estar con alguien y no pude.

Por cierto, y sólo como breviario cultural, mi madre se dió la tarea de informarme que a partir de mañana voy a lavar los trastes un día sí y otro no. Dice que si lo hice en casa de mi tía Fernanda, porque no lo voy a hacer aquí. ¬¬ No es justo. Estuve a punto de decirle que el agua de Argentina (donde vive la mencionada tía chismosa) no es radioactiva como aquí. Pero en fin... todo sea por perpetuar la paz hogareña...