miércoles, 30 de abril de 2008

Creciendo...

Creo que encontré la respuesta a una pregunta que se me ha hecho mil veces. ¿Cuál es el peor sentimiento? Si.. si... están las respuestas típicas, ¿no? El odio, la envidia, los celos, etc etc etc.

Hoy me di cuenta cual es mi respuesta: La desilusión.

Soy muy renuente a ilusionarme con algo. Será por eso que me canso tan rápido de todo. Y es que, cuando se dá el caso de ilusionarme con una cosa o persona, y me llegan a desilusionar, me es difícil levantarme.

Creo que he crecido más en el último més que en los últimos cinco años de mi vida. He aprendido a estar sola. A caminar sola. A tropezarme sola y a levantarme sola. No sola en el plano físico, si no, por primera vez en mucho tiempo, sola en el plano espiritual. Personas con las que contaba, no han estado. Y hey, no me malinterpreten, no me quejo, al contrario, me ha ayudado muchísimo.

Hoy por hoy, estoy desilusionada de algunas personas. Me cuesta sonreirles y saber que el hecho de pasar un buen rato, no compone lo que ha pasado. Pero estoy más desilusionada de mí misma, porque dependí de otros, necesité, y no estoy acostumbrada a hacerlo.

Entonces crecí. Y me di cuenta que no es el fin del mundo, que quizás no soy parte de lo que ahora hay, pero, no siempre tengo que ser parte de algo. Había situaciones y lugares que contaba como míos, y hoy los veo lejos, ajenos. Hay algo más grande esperandome ahí afuera, y me toca ir por el, y dejar atrás ciertas cosas.

Hoy vi una película, que me hizo llorar como no tienen una idea, porque me reflejé. Porque estoy por segunda vez en mi vida, en una situación que requiere un replanteamiento.

No es por ser alarmista, y francamente no tengo miedo, pero hay algo que está pasando. Puede ser grave, puede no serlo, pero está sucediendo. Y, querámoslo o no, obliga a la reflexión.

En un post anterior, escribí que el Príncipe me dijo, "Pase lo que pase, ya estás inmortalizada". Y no, no quiero estarlo. No así, no de la manera en la que soy. Quiero inmortalizarme de la manera en la que quiero ser, en la que yo me veo, pero que no estoy segura que los demás me vean.

Entonces, creo que me quedaré aquí, el que se quiera subir a mi carrusel, ya sabe donde encontrarme.

Hoy, me permito ilusionarme conmigo misma, con una manera distinta de ver las cosas, un poco más profunda, pero siempre light, considerando el dolor como parte de lo que fue, de lo que es y de lo va a ser. Me ilusionaré y desilusionaré mil veces, pero ya no de manera conciente, sin trámites, sin tiempo ni lugar. Hoy empiezo a girar.

Que curioso, el día del niño, me convertí en adulto.

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